Este pasado viernes pudimos disfrutar de una agradable velada nocturna en la Rambla de los Molinos (Almansa), buscando aves nocturnas y otros pequeños seres crepusculares. A pesar del caluroso día que había hecho, el ligero frescor del bosque de ribera nos facilitó la ruta ornitológica en la que enseguida empezamos a observar aves: los inquietos papamoscas grises, cazando de percha en percha; curiosos arrendajos que nos miraban desde las alturas; y las oropéndolas, ruidosas reinas de la ribera que iban y venían de un álamo a otro.
Tras la caída del sol fue el turno de los seres de la noche, siendo el autillo el primero en hacer acto de presencia. Su sonido mecánico nos amenizó la merendilla, y ya con la noche cerrada fueron los anfibios quienes se dejaron ver: primero una rana común y posteriormente un sapo común. La guinda la tuvimos en forma de un bonito macho de luciérnaga que vino a despedirnos cuando terminábamos la ruta. Una auténtica sorpresa ya que cada vez cuesta más ver a uno de estos pequeños insectos alados.
Con esta ruta cerrábamos la primera batería de actividades del proyecto Birding Monte Ibérico. En breve daremos a conocer las actividades para el final de verano y principio del otoño, ¡en las que esperamos veros de nuevo!