La igualdad económica es una gran necesidad para las mujeres. Tener un empleo que brinda ingresos significa que la mujer puede tener además una fuerza más igual en el proceso político. Pero los ingresos no constituyen el único beneficio que las mujeres encuentran en el trabajo. Más allá de lo monetario es imprescindible formar parte del trabajo continuo de una sociedad.
Betty Friedan - Pensadora y fundadora de NOW
El Grupo de Acción Local (G.A.L.) Monte Ibérico-Corredor de Almansa, dentro del Programa de Desarrollo Rural LEADER, ha contemplado, siempre, en su Estrategia de Desarrollo Local Participativa( EDLP) el empoderamiento de la mujer, bajo el firme convencimiento de que el asentamiento de mujeres es imprescindible para evitar el despoblamiento del mundo rural.
La participación de las mujeres en los procesos de gobernanza de los territorios en los que vive es necesaria, de ahí que, uno de los desafíos más significativos a los que debemos hacer frente, consista en localizar los obstáculos que se oponen a la plena participación de las mujeres en la vida económica y pública local, para así crear iniciativas especificas en su favor.
Las mujeres son uno de los colectivos más dinámicos y suelen estar dispuestas a embarcarse en cualquier proyecto de promoción social, económica o cultural.
Las mujeres emprendedoras son claves para el desarrollo y mantenimiento económico y para la fijación de la población.
Por tanto, las iniciativas locales tendentes a favorecer la expresión y la participación de las mujeres son, en consecuencia, especialmente importantes en el ámbito rural, casi se podría afirmar, que son una condición imprescindible para que le mundo rural sea capaz de diseñar un nuevo proyecto de futuro, no solo económico sino socialmente viable.
Para que las mujeres vivan en un pueblo sus perspectivas de vida deberán estar garantizadas, es decir, posibilidad de empleo, acceso a la educación, la sanidad, la cultura o cobertura social en momentos de crisis.
Por todo, ello el bienestar social es estratégico para las mujeres porque de una u otra forma siempre son beneficiarias directas del mismo.
Por tanto, el desarrollo rural no deber ser solamente integral, endógeno y sostenible, sino que debe incorporar explícitamente el principio de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.